(transcripción)
A tres años, nueve meses, la autoridad judicial no resuelve cómo se originó la tragedia en la Guardería ABC
Por Lourdes Encinas
El nuevo peritaje que, en teoría, aclararía si el origen del incendio que derivó en la tragedia de la Guardería ABC fue provocado o accidental, terminó sin despejar dudas, pues su autor admitió imprecisiones
y no pudo sostener en audiencia judicial parte de sus conclusiones.
Este peritaje fue ordenado por el Consejo de la Judicatura Federal para tratar de disipar la controversia entre los oficiales, que concluyen el origen accidental del fuego iniciado en la bodega de la Secretaría
de Hacienda estatal, que luego pasó a la guardería, y el del perito estadounidense David Smtih, quien asegura fue provocado y con indicios de acelerantes químicos.
El pasado 19 de marzo, se realizó en el Juzgado Primero de Distrito de Hermosillo, la diligencia para la ratificación del peritaje elaborado por Ezequiel Méndez Calvillo, quien admitió ante abogados de partes involucradas, que la falta de evidencia física y el tiempo transcurrido, le impedían precisar al cien por ciento parte de su reporte.
Al inicio de su exposición, explicó que basó su trabajo en los peritajes existentes, fotografías y pruebas del expediente, y la inspección ocular de la bodega y la guardería, que sólo duró un par de horas, efectuada el 17 de enero de 2013.
La diligencia se extendió por más de siete horas, ante la secretaria de acuerdos del juzgado, Guadalupe Isabel Gómez Sánchez, de pie, en una oficina reducida, sofocante y con pilas de papeles rozando el techo. Se tuvo acceso por ser de carácter público, pero sin poder tomar fotografías, video o audio.
Estuvieron presentes: Gabriel Alvarado Serrano, representante legal de padres de niños fallecidos y lesionados en el incendio; Francisco Javier Goo-López, abogado de los bomberos de Hermosillo, y la defensa de Jesús Davis, ex director de Inspección y Vigilancia municipal. Al inicio se presentaron un par de
abogados de la defensa de los dueños de la guardería, uno de ellos Carlos Freaner Figueroa, delegado estatal de Cruz Roja.
Se retiraron poco después sin hacer preguntas.
No puede sostener su conclusión En su peritaje, del cual se obtuvo copia, Méndez Calvillo, descarta fuente
de ignición intencional o provocada, concluyendo que el origen fue el sobrecalentamiento del cableado eléctrico que alimentaba lámparas y el “cooler”. “Queda soportado que el origen causal del incendio, fue debido a fallas eléctricas en el cableado de suministro y/o alimentación de los equipos enfriadores de aire/cooler y en líneas de lámparas de iluminación, por sobrecalentamiento térmico interno-disipativo que se manifestó con la evidencia de perlado y fusión en dicho cableado por corto-circuitos (a 1086 ºC), como fuente de ignición. Evaluación físico-técnica que se encuadra como accidental”, afirma.
Sin embargo, en el interrogatorio, admitió que no podía precisar al “cien por ciento” que el cable que inspeccionó en la escena del siniestro es el que alimentaba al “cooler”, pues sólo encontró una parte cortada y sin el dispositivo de conexión, por lo que tampoco puede descartar que conectara a otro aparato.
La parte del cable que conectaba al “cooler” fue removida de la bodega, lo que en su momento denunciaron deudos de las víctimas, y sólo la vio en las fotografías que obran en el expediente.
Aun así, sostuvo su tesis explicando que el cable de “cooler” iba en línea paralela al de las lámparas, con las mismas características, éste aún preservado en el lugar y con evidencia de la falla eléctrica, lo que lo llevó a concluir que ambos tuvieron el mismo comportamiento, pero sin poder afirmarlo con certeza total.
Al faltar parte del cableado, tampoco pudo precisar el punto exacto de ignición, como le cuestionaron los litigantes, y sólo alcanzó a señalar “la parte central” del área rectangular de 28 metros cuadrados, donde se ubicaban las líneas alimentadoras de las lámparas y ventiladores, y que considera el foco inicial del incendio.
Al ubicar el origen en el cableado eléctrico, el perito descarta que haya sido el sobrecalentamiento del motor
del “cooler” (que también vio sólo en fotografías), como asientan los peritajes de la Procuraduría General de la República (PGR) y Procuraduría General de Justicia del Estado.
Coincide con el que se realizó a petición de la defensa de los dueños de la guardería en ubicar el origen en una falla eléctrica.
Error en la trayectoria del fuego Otro de los cuestionamientos de los abogados, fue sobre la posición del “cooler”, que el perito ubicó en soporte metálico sostenido del techo de la bodega, basado en las observaciones del peritaje de la Procuraduría General de la República (PGR), trazando una trayectoria
descendente del fuego.
Los abogados le señalaron que consta en las declaraciones de los empleados de la bodega y en fotografías,
que los “coolers” estaban en mesas y eran alimentados por un cable eléctrico de “uso rudo” que venía desde el suelo, lo que indica una trayectoria distinta a la que él expone.
Este punto, fue reclamado como error en el peritaje oficial por padres del grupo Manos Unidas por Nuestros Niños, en una carta que le hicieron llegar al entonces presidente Felipe Calderón Hinojosa, al cumplirse tres años de la tragedia.
Fuego incontrolable En el peritaje, Méndez Calvillo describe que, en cuanto a las medidas de seguridad industrial y preventiva contra incendios, las instalaciones de la guardería se aproximan más a los requerimientos, mientras que la bodega estatal presenta deficiencias marcadas y falta de equipos, dispositivos de alarma y salidas de emergencia. Que los contenidos de papel, plástico y cartón en el inmueble ocupado por el Gobierno del Estado fueron factor determinante para la generación y propagación del fuego, en un parámetro de tiempo “no suficiente para confirmarlo, controlarlo o impedirlo”.
“Transcurrieron aproximadamente de 12 a 15 minutos, para que dicho siniestro originado en la bodega de archivo se extendiera en forma sorpresiva y abarcara la guardería incendiándola”, expone en sus conclusiones.
Durante los alegados en el juzgado, el perito comentó a los abogados que la voracidad del fuego fue tal, que la guardería no lo hubiera podido evadir, aunque hubiera contado con las mejores medidas de seguridad del mundo.
El reclamo de los deudos Mientras las horas pasaban, las preguntas se hacían más duras, las respuestas
más redundantes, que hasta la secretaria de acuerdos pedía al perito que se concretara a lo que quedaría
asentado en el acta.
Y afuera de los juzgados, un grupo de madres de niños fallecidos y lesionados a consecuencia del incendio, protestaban por la lentitud del caso, porque a tres años y nueve meses siguen sin tener certeza de cómo se originó.
También le recordaban al presidente Enrique Peña Nieto el compromiso que hizo ante ellas durante la
campaña para dar celeridad al caso, del cual no han visto avances.
